Los cambios climáticos, han sucedido siempre a lo largo de la historia, existiendo evidencias de ello, si bien en la actualidad, se está produciendo tan rápidamente, que se está haciendo muy difícil para la humanidad adaptarse correctamente a los cambios. Existen claros síntomas a nivel mundial, como son el deshielo de los glaciares, el descenso de las precipitaciones y periodos más largos de sequía, con efectos del descenso de los pantanos y presas.
En España, el volumen de los pantanos y embalses ha descendido en los 10 últimos años.
Evolución de la reserva total de agua embalsada
(*) Fuente: MITECO. Datos actualizados hasta semana 16 del 2023.
Para el sector asegurador, las predicciones cada vez son más difíciles, existiendo grandes cambios, que impiden prepararse con efectividad, ya sea por un incremento de siniestralidad desmesurado, o largos periodos de sequías, que implican una reducción de la siniestralidad.
Erróneamente se cree que el cambio climático estaba afectando en una mayor siniestralidad, basado en eventos especiales, como ocurrió con la filomena de enero del 2021, o importantes eventos meteorológicos provoca cados por las borrascas ‘Denise’, ‘Efraín’ y ‘Celia, o la tormenta subtropical Hermine, con fuerte lluvia y viento, que afectó principalmente a las Islas Canarias.
Pero los datos han confirmado que la siniestralidad en el 2022 y lo que llevamos del 2023, es muy inferior a la del 2021. Mapfre, publicó que había registrado hasta un 27% menos de siniestralidad en España por fenómenos meteorológicos, hasta situarse en el entorno de los 130.000, frente a los 180.000 del ejercicio 2021.
Esto nos confirma, que el verdadero problema es una concentración de siniestros en periodos muy cortos de tiempo, hecho muy diferente en cómo ocurría hace 20 o 30 años atrás, dónde era más sencillo identificar las estacionalidades.
El cambio climático, implica:
- Aumentos de las temperaturas máximas y mínimas.
- Disminución de las precipitaciones.
- Periodos de sequía más largos y frecuentes.
- Olas de calor más largas, frecuentes e intensas.
Esto está advirtiendo que en un futuro cercano, la siniestralidad por los fenómenos meteorológicos será menos frecuente, pero mucho más virulenta. Los cultivos se verán muy afectados, y el IPC seguirá en aumento. Será difícil prever la siniestralidad, dónde y cómo afectará, por lo que se podría producir un cambio en los seguros agrícolas, cambio o rediseño de las garantías de las pólizas, e incluso un incremento de las primas.
Para el seguro de salud no será mucho mejor, pues el cambio climático, implica la aparición de nuevas y distintas enfermedades.
En lo que se refiere exclusivamente a España, afronta una sequía de larga duración que ya dura más de tres años. En lo que va de 2023, hay zonas donde no ha caído una gota en 100 días, lo que agrava una situación que, en muchos embalses y pantanos, ya es la peor desde los años setenta.
Para las compañías aseguradoras, será fundamental rediseñar sus métodos de gestión, y modificar sus equipos de trabajo, externalizando servicios en mayor medida, a fin de reducir los costes, e incrementar los beneficios. Empresas de servicios, como LZ Insurance Services, serán el mejor aliado para ser más
Muy interesantes apreciaciones, y un buen alegato para los agentes de seguros en cuanto a la contratación de seguros agrícolas…