Los nuevos ladrones del siglo XXI

La sociedad se compone de una cultura, unas costumbres, ideología, pensamientos, etc., compartiendo unas mismas reglas de organización jurídica, desembocando en una forma de vida determinada. A lo largo de la historia humana, se han dado diferentes formas de vida, existiendo una evolución o involución, pero que ha provocado la modificación de nuestras costumbres, leyes, servicios, etc.

La forma de cometer delitos también ha evolucionado, y con las nuevas tecnologías, han surgido nuevas prácticas, más sutiles, finas y difíciles de detectar.

En este caso, hablaremos de las distintas formas que se emplean para tratar de llegar al engaño, apoderarse de lo ajeno, o no pagar por una adquisición o un servicio. En definitiva, hablaremos de las nuevas formas que están surgiendo para cometer un delito.

La tecnología nos ayuda, nos hace la vida más fácil, pero los amigos de lo ajeno, también lo utilizan para llevar a cabo sus tropelías. Una herramienta no es buena o mala, sino el uso que se hace sobre la misma, es lo que marca la diferencia.

Con la aparición de internet, aparecieron nuevas formas de engañar, y nuevos delitos, para los que se creó un nuevo seguro, llamado ciberriesgo. No hablaremos de este asunto, pues es un tema ampliamente conocido, y sobre el cual se ha hablado de forma extendida.

También se descubrieron nuevas formas de forzar, “sin forzar”,  una cerradura, con prácticas que adquirieron  nombres como bumping, impresioning, etc… Para lo que fue necesario cambiar alguna de las garantías de una póliza, o sacar nuevos protocolos de actuación.

Recientemente, ha aparecido una nueva herramienta, llamada Flipper Zero, como se llamaba el carismático y emotivo personaje de aquella película de los 60’s, de la que más tarde hicieron una serie. De hecho, la imagen del tamagotchi, es un delfín. Pero no se trata de un aparato inofensivo, sino una navaja suiza en manos de los hackers.

Lo más preocupante, es que se han subido videos formativos, y se han publicado artículos en internet, enseñando cómo utilizar de forma delictiva este aparato, además de dar ideas dónde y cómo hacerlo.

Este “inofensivo” compañero digital, puede abrir una barrera de paso en un peaje, copiar los datos de una tarjeta de débito o crédito, abrir cualquier cerradura electrónica, desactivar alarmas, manejar cualquier aparato electrónico, utilizar un sistema NFC para hacer pagos, copiar una tarjeta de hotel, hackear cualquier ordenador, abrir y arrancar cualquier coche moderno, abrir puertas de garajes, hackear y sacar dinero de los cajeros automáticos, hackear los surtidores de gasolina modificando el precio del litro, o incluso haciendo que sea gratis, un largo de etcéteras, que seguirán creciendo, según se vaya extendiendo su uso.  

Con este aparato de código abierto, puedes piratear cualquier cosa. Lo más preocupante, es que el animalito digital, crecerá, se divertirá y te felicitará, por cada proeza o delito que consigas cometer, permitiéndote realizar hazañas mayores, al adquirir nuevas habilidades.

La pregunta que viene a continuación, cuando este aparato, de venta legal esté extendido, y el manejo sea de uso público, con la cantidad de manuales que existen en internet, ¿cómo deberá reaccionar el sector asegurador?

Realmente,  ¿será posible identificar y/o probar de algún modo que se ha cometido un delito?

Habrá que aprender cómo analizar y peritar este nuevo tipo de prácticas, qué rastros dejan, si lo hacen, y en qué condiciones se suelen utilizar. También habrá que analizar las vulnerabilidades, y cuáles son los riesgos de mayor afectación.

Deberán aparecer expertos en el manejo de estos dispositivos, cuyas motivaciones sean honestas, y que deseen luchar contra el crimen. Habrá que aprender nuevas formas de analizar los siniestros, y seguramente, será necesario que aparezca un nuevo seguro, la modificación de los ya existentes, o la inclusión de nuevas garantías.

El conocimiento aumenta, lo que hace que nuestra tecnología lo haga, pero con ello aparecen nuevas formas de cometer delitos, lo que nos obliga a ser más responsables y cuidadosos, y sobre todo, a ponernos al día.

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